lunes, 16 de abril de 2007

Contamitiago

"El 100% de las personas que viven en Santiago quieren aire puro, el 47% fuma".

Recuerdo que esa frase la vi mientras viajaba en la 216 el año pasado. Era publicidad de El Mercurio bastante original a mi parecer.

Sí señores, vivimos en una ciudad en donde el transporte público sufre monumentales cambios no por congestión, sino por contaminación y
créanme que esta vez, no es culpa de Pedro de Valdivia haber fundado nuestro Santiago del Nuevo Extremo en una cuenca en donde el aire se retiene.

En este post quisiera que aflorarara toda mi animadversión hacia nosotros mismos en cuanto a temas de cuidar nuestro medio ambiente se trata. Mi rechazo no va necesariamente hacia fumadores, pero sí estos son un claro ejemplo de profanación. Sin embargo, recientemente nuestra presidenta promulgó una ley, que consta de la creación del cargo de presidente de la Comisión Nacional del Medio Ambiente CONAMA, otorgando un rango de Ministerio que recae en Ana Lya Uriarte (PS, ex directora ejecutiva de la misma institución) como titular.

Ahora bien, independientemente de las tareas y creaciones que un Ministerio de Medio Ambiente infiere, mi mayor pugna recae en nosotros mismos, en las responsabilidades que como ciudadanos (o por último habitantes del Planeta Tierra) DEBEMOS ejercer. Es como solidarizar con los recursos que SOBREutilizamos o simplemente cuidar nuestra higiene y salud. Por lo mismo, sería realmente alentador pensar que un Ministerio podría cambiar nuestra perpectiva de basura/basurero, que podría educarnos* sobre el reciclaje: "qué es desechable y qué no", entre muchas otras perspectivas.

En fin, espero que la gente de a poco se sensibilice y no confunda su ciudad con suciedad.





* Me parece increíble la relación educación-contaminación; pronto me gustaría extenderme más.

jueves, 12 de abril de 2007

Especialísimo 2006

Este año, para mí ha sido bastante ajetreado y sólo por una situación elemental: la vida del estudiante. Sí señores, gracias a esa bendita vida para algunos o desgraciada para otros, lisa y llanamente me he ido sumergiendo, más bien absorbiendo en una especie de persecución pusilánime, claro está, más acorde con los nuevos tiempos.

¿Qué quieres ser cuándo grande?. Me condené. Cómo he de odiar aquel cuestionamiento infantil, soez y perturbador (¡hasta ahora!) que me asedió. Me llevó a pensar en el "más allá" y en el futuro que al mismo tiempo he odiado, aborrecido, amado, temido, etc., todo un sin fin de sentimientos que se acumulan. Porque el 2006 ha sido el año más acumulativo de mi vida y qué risa ya que, puede sonar iletrado. Es que un día mi sabio papá me dijo: “Tu única responsabilidad en la vida Esperanza, es estudiar” y obviamente yo caí en lo cierto, pero tiempo más tarde, es decir, en momentos como ahora – de furia no estresada sino colapsada y confusa- me cayó una piedra en la cabeza (manzanas insignes en mi vida no hay, lo siento) que logró socavar la SOBERBIA RESPONSABILIDAD DE ESPERANZA.

Conociéndome, sólo llego al redundante siseo. Aún así, creo que me sirve para sentar cabeza. Es que no es quejarme, sólo dejar de menoscabarme. De todos modos, todo es para mejor y tendré que acostumbrarme a mi vida dependiente de una sociedad cliché que, me seduce al fin.

Tal vez siga explayando mi “futuro-fobia” en otra ocasión, debido al tiempo y sueño que apremia y a la música criolla (cuecas aún) que llega a mis oídos mundanos, en Julio; insólito.

Personalidad superior v/s Personalidad Mediocre

Recuerdo perfectamente mi primer día de psicología en el colegio. Tercero medio, mi ex profesor, planteó:

“A una personalidad superior, le corresponderá una inteligencia superior, en tanto que, a una personalidad mediocre, le corresponde una inteligencia mediocre”.

Luego preguntó si alguien se oponía a dicha tesis. Por supuesto yo levanté la mano, junto a unos tres compañeros más, creo. Entonces, el profe nos desafió a exponer nuestro por qué, con nota. La cosa es que yo, obstinada, me decidí a contradecirlo. Me preparé, armé una tesis y llegado el día, nunca me pescó…

Por suerte no era una gran apelación. Decía más o menos así:

Para comenzar a verificar esta tesis o más bien, contradecirla, primero necesitamos ENTENDERLA. Vale decir, interpretarla de una manera en particular. En este caso específicamente, tenemos que DEFINIR aquellos conceptos que toman un rol fundamental:

  • Inteligencia: Es la forma adecuada de adaptarse a situaciones nuevas.

  • Personalidad superior: ¿Qué es?
    Una persona superior, es aquella que se anticipa en proyectarse, que no se limita. Se les caracteriza por sobresalir, arriesgarse y aventurase en lo poco convencional. Es segura de sí misma; destaca.

  • Personalidad mediocre: ¿Qué es?
    Ante todo, ¿qué entendemos por mediocre?...Carencia, algo insignificante, retraído(*). Es decir, podríamos entender a una persona mediocre como claro antónimo de otra superior… Una deslumbra, mientras otra se esconde. Una opina, mientras la otra escucha.
    Entonces, una persona mediocre, ¿es fiel ejemplo de imperfección y torpeza? Por consiguiente, esta persona mediocre, ¿deja de ser inteligente?

“Todos los individuos poseen hábitos mentales; los conocimientos adquiridos facilitan los venideros y marcan su rumbo. En cierta forma, nadie puede SUBTRAÉRSELAS”.

Es exactamente en esta tesis en donde hay que profundizar para entender la primera. Si nos damos cuenta de nuestro buen razonamiento, podemos deducir que no se puede designar características a una persona, por su simple condición perceptible o más deducible. Es cierto, nuestra personalidad nos restringe a adoptar distintas capacidades, pero no por eso nos limita.
Entonces me pregunto qué nos lleva a asociar una personalidad mediocre con una inteligencia mediocre. Es fácil de mal interpretar, ya que el hombre mediocre -de por sí- no siente afán de perfección; se estanca, se reprime de creer en sí mismo, en sus capacidades: es dócil a la presión en conjunto. Pero, ¿es éso ser menos inteligente?.


La verdadera respuesta está en la forma de vivir del individuo. En la forma de enfocar su alrededor y de interactuar con él. Al individuo que lo comienza a invadir la rutina, se le define como mediocre, pero NO menos inteligente. Sí menos indispensable que el superior, pero NO menos inteligente.

“Ser tonto, egoísta y tener buena salud, he aquí las tres condiciones para ser feliz. Pero si os falta la primera, todo está perdido”.


(*) Un ejemplo de aquello es el fiel Sancho Panza.

Comienzo(s)

Soy poco agraciada para comenzar algo en mi vida. Más bien ambigua e irreverente. Y no hay excepción. Sin embargo, no es algo que me acongoje del todo, al contrario, a veces es hasta necesario. Porque la palabra "comenzar" per se indica novedad o cambios; no creo que a muchos les guste la rutina o aún peor: lo preestablecido.

Iniciar algo es siempre arriesgado para mí ya que mi explosiva o complicada personalidad así lo infiere. Da igual, sólo espere terminar de leer este injustificado post –y algunos venideros- para conocerme un poco más.

Es que ni hablar de comienzos. Aquellos que mi frágil memoria aún recuerda: todos esos “primeros días” “primeras veces” que me marcan, pero no sólo por su particular forma de presentarse, más bien gracias a cómo yo los hice precipitarse. Pero comprenderá que aún no entraré en detalles (espero que el aún no me pese todavía). Sin embargo, ya estoy en esto de escribir y escribir sin rumbo, aunque no pierdo las esperanzas todavía de encontrar el norte en algunos de los post siguientes para no defraudar a mi teclado por lo menos…

Debo confesar que siempre he amado la lectura. Y he soñado con poder escribir también. No sé con qué fin, mas es tanto mi afán que gracias a él llegue a esto de los blogs, pues en un principio no causaban tamaña atracción en mí; de hecho lo encuentro un poco absurdo, debido a mi perfil de estudiante-cesante-ociosa-mantenida-cabra chica- que por favor, nada de relevante tiene. Es que no me gusta escribir por escribir, me gusta darle autoridad al asunto.

Bueno, y desde chica siempre frustrada por lo mismo. Tal vez la gente a la que gusta de escribir (o leer) me entenderá, más aún cuando pasa el tiempo y nos vamos encontrando con diarios de vida vergonzosos, cartas, agendas, etc, que no hacen más que empeorar mi "currículum". Un ejemplo, este blog; veamos cómo perpetúa.