miércoles, 6 de junio de 2007

Narnia: La tierra que todos queremos.



"El león, la bruja y el ropero", primer libro de la ya conocida heptalogía titulada "Las Crónicas de Narnia", escrita por C.S. Lewis, nos muestra un mundo lleno de fantasía donde se plantea una posibilidad de lectura brillante, lúcida y atractiva no sólo para la imaginación infantil, sino también para las profundas implicancias de un adulto...el libro nos deja claro que el mundo cotidiano necesita de un mundo irreal, que se encuentre inverso a él.

La historia comienza, cuando cuatro niños Pedro, Susana, Edmundo y Lucía, son llevados a una antigua casona propiedad de un misterioso profesor inglés, ubicada al sur de Inglaterra. La 2da guerra mundial comenzaba, por lo que, urgía dejar a los niños completamente ajenos a tal bochornosa situación. Fue entonces cuando, aburridos en la inmensidad de la casa, comienzan a jugar a las escondidas. Lucía la menor, se esconde en un desgastado ropero que, para su sorpresa, conduce a otro mundo: Narnia, donde los animales hablan y las criaturas mitológicas existen.

El mundo literario que predomina a lo largo de toda la trama, es el maravilloso, aquel en que todo es irracional, sin embargo es completamente normal para los personajes que la comprenden. Tan sólo imaginar que dentro de un ropero se encuentra un mundo completo por descubrir, en donde el tiempo avanza más allá de nuestra lógica, nos resulta completamente fantástico.

A la vez, nos encontramos con una serie de arquetipos que sin lugar a dudas si estos no existiesen, lo maravilloso del libro decantaría. Es el caso de Aslan el León, dueño y creador de Narnia que todo lo domina. Contrario a él, encontramos a la malvada Bruja Blanca que por medio de su profundo egoísmo y avaricia, se apodera de Narnia y se autoproclama reina, dejando a sus habitantes condenados a un eterno invierno, sin navidad. Es este hecho que marca y desencadena el desenlace de la historia. La lucha constante del bien y el mal, en donde comúnmente suele vencer el bien, define el término de mundo maravilloso.

La trama va evolucionando, no permanece estática. De pronto, todos aquellos detalles que pasaron improvistos, parecen tomar importancia fundamental. Así mismo, Narnia nos parece encajar; como si todo estuviera en manos de un destino que sin lugar a dudas mantiene la magia del relato. Entonces si todo parece acoplado, cabe destacar algunos hechos que forman el perfecto nexo en conjunto. Como por ejemplo, el giro que toma la trama cuando uno de sus protagonistas se torna completamente antagónico (...) El punto clave está en el epílogo encontrado al término de esta situación. Vale decir, Lewis cuidadosamente refleja mensajes realizables en nuestra vida, pero que en Narnia parecen acabar. Volvemos entonces al necesario triunfo del bien contra el mal.

Cabe mencionar también, que a lo largo de la trama se encuentra presente una religión católica que eleva todo a una razón esperanzadora en donde con fe las cosas imposibles se vuelven concretas (por lo mismo, les recomiendo analizar qué significa la religión en el género fantástico y cuán importante puede ser ésta en su desenlace - Tolkien v/s Lewis :P-).

Por ende, el libro se basa en todo lo que nos parece explícito, no necesariamente connota una historia poco creíble o trascendente. Siempre vamos a necesitar de un mundo como Narnia que de alguna forma u otra pareciese solucionar o hacer soluble el lado oscuro que persevera en la actualidad. La magia y el ensueño, la fe y la esperanza, parecen acabar el orden y la rutina que tanto nos domina y aqueja.

E.M.S. 2005


*Este ensayo lo subo al blog recordando a la querida Tía Fany, aprovechando que mi Tío Luis me recordó que iba a estar de cumpleaños. Gracias a ella pude introducirme en esta maravillosa saga y también en muchas lecturas más.

*Si quieren que les recomiende uno de los 7 libros, sin duda los invito a leer y RELEER el séptimo tomo: "La última Batalla" Uf, aquí sí que es re-complicado interpretar tan maravillosa imaginación.