martes, 25 de agosto de 2009

Para ella

No quiero pensar en lo que pasará mañana, cuando al despertar ya no estés conmigo físicamente.
Es incríble como cambia la vida en un instante. Es difícil llevar este dolor, que no supera el tuyo acumulado por años. Qué saco con llorarte si eso nunca lo quisiste. Ahora viene el cargo de conciencia. Pero tú tranquila que por primera vez no estoy yo primero. Pero tarde me di cuenta. Y supongo que así pasa, en esto de sube y baja y finidad misma. Ahora pienso en la comodidad de mi existencia, acostumbrada a tenerte para qué, si en realidad no estaba contigo. Mejor pensarte que lamentarte...el tiempo pasó muy rápido y nos estancamos. ¿Por qué no pude darte un poquito de mi vida? Cuando todo pase, al releer esto remomeraré el sentido de mis lágrimas, para que en el fondo pueda compensar tamaño cariño. Y encontrar la ansiada paz de nosotras, de muchos, de todos. Ésa que tu tanto merecías. Esto no lo escribo pensando en que ya no estás, si no para que estés, siempre.

No hay comentarios.: