lunes, 19 de abril de 2010

lo mucho es poco.

Cuando sentimos un vacío, tratamos de compensarlo de alguna u otra manera. Llenar ese vacío parece fácil, puesto que nos refugiamos -generalmente- en lo primero que se nos cruza por delante.
Sin embargo, ¿qué pasa cuando no hay vacíos? ¿Qué pasa cuando nada falta? ¿Qué hacemos con eso, que incluso aveces es excesivo?
Es bueno replanteárselo de vez en cuando.

6 comentarios:

todogatos dijo...

Realmente la pregunta me hace reflexionar.. y es verdad, cuando nada falta, cuando no hay carencias, cuando no hay vacíos que llenar, podemos estar a un paso de un miedo infinito: el de no tener razones para seguir, de no tener una motivación ante algo.

Dani Sáez

Dilandau dijo...

Difícil llegar a sentir eso, el solo hecho de pensar que no hay espacios que llenar infiere una carencia. la felicidad, como estado en que nada te falta, exige un trabajo de avance permanente, ya que "dejarse estar" por la sensación de no necesitar trabajar por un desarrollo personal (o laboral, emocional, familiar)naturalmente conduce a una mala disposición y las malas disposiciones llevan a malos hábitos, y como dice una amiga, los hábitos son, o se convierten, en enfermedades. Como si caer en depresión fuera fruto de un descuido o de una mala actitud.

Las conclusiones son obvias

El Público dijo...

mmmmmmmmmmmm...
No sé si las conclusiones son tan obvias.
Cierto, el vacío se produce cuando falta algo o todo... pero la pregunta fundamental es ¿Qué es lo que falta para que haya vacío? ¿Comida?¿Amor?¿Un objetivo en la vida? Creo más bien que cuando definamos lo que nos falta sabremos qué es lo que necesitamos. En todo caso, la sensación de vacío no es tan sencilla para llegar a hacer una concatenación lógica y obvia, concluyente para todos. Ej.: Goethe sentía un vacío tan grande que trató de llenarlo de todas las maneras posibles de conocimiento... un mal hábito, por cierto. David Bowie sintió un vacío absoluto luego de su éxito arrollador desde el 69 al 73, tanto que se metió todo lo que encontró y folló con todo lo que se le cruzó.
Hay vacíos y vacíos ¿no?

P.D.: hace tiempo que no te visitaba... ojalá la vida te sonría, pero sin burla, jeje

Dilandau dijo...

Gracioso, pero tus dos ejemplos caen exactamente en lo que dije, evite todo lo que pude caer en formas de vacío, formas de llenarlo y formas de depresión, para intentar llegar a una descripción general de como veo las cosas. La dificultad de cada caso para identificar estas formas es algo que prefiero no tocar, suelo ser muy pesimista y termino convirtiendo pequeñas penitas en depresiones (human after all).

Si tomamos el caso de bowie el exito le genero su frustración emocional (vacío), desarrolla la mala disposición a la vida bohemia(llenar vacíos), la disposición se vuelve hábito y claramente este habito es una enfermedad.

Por ultimo, igual exagere con lo de las conclusiones obvias, pero en mi forma de estructurar la conducta de la gente suelo llegar a conclusiones que para mi lógica tienen que ser obvias, por eso omito muchos factores, para intentar llegar a una descripción general, una ley general en términos científicos jajaja, tengo alma para la ciencia, no puedo evitarlo!!!! jajajaja.

Mezclar la palabra alma y ciencia en la misma frase no deja de ser extraño.

Cuidate harto

El Público dijo...

Lo siento dildanau, simplemente no puedo continuar con la discusión, pero se agradece el entusiasmo.
Lo que sí te puedo decir es que mezclar la palabra alma con la palabra ciencia no me parecen siquiera un ápice extraño, baste entender para que los dos existan se necesita mucha fe -ya lo decía el bueno de Göedel-, y que las dos son parte de una gran explicación mitológica y metafísica de lo que llamamos realidad y vida.

La Espe dijo...

Creo que logré mi objetivo de replanteárselo :P

¡Gracias por sus opiniones!